miércoles, 25 de febrero de 2009

El tópico de criticar el tópico

El pasado domingo, Penélope Cruz se convirtió en la primera actriz española en ganar un Oscar. Tras los éxitos de Javier Bardem en la pasada edición de los premios de la Academia y la proyección internacional de Almodóvar, parece que poco a poco los españoles se están haciendo un hueco en Hollywood. Sin embargo, España no solo exporta cine, los éxitos del deporte español también traspasan fronteras. Futbolistas como Fernando Torres o Cesc Fábregas son auténticos ídolos en Inglaterra, tanto que este verano una televisión inglesa invitaba a los hinchas británicos a apoyar a la Selección Española en la Eurocopa, y hace un par de semanas Ruddy Fernández y Pau Gasol participaron en el fin de semana de las estrellas de la NBA. Y qué decir de Rafa Nadal.

Esto es solo una pequeña muestra de lo que suena España en el mundo… ¿pero qué España? La mayoría de los turistas vienen en busca de un lugar idílico en el que comer paella y beber buen vino a cualquier hora del día (excepto durante la siesta, por supuesto) y acudir a tablaos flamencos y a corridas de toros. Y es que esta es la realidad que siguen retratando algunas guías turísticas de países como Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Rusia y Japón, así y como recoge Tereixa Constenla en su artículo de El País España, ese tópico.

Esta colección de tópicos esta muy lejos de la realidad cotidiana y pocos se sienten identificados con esta imagen pero ¿acaso no es lo que España vende? Criticar el tópico es ya un tópico pero… ¿Pero como vendemos lo español sin caer en el tópico? ¿Cómo convencemos a los guiris de que veraneen en España sin ofrecerles paella, siesta y fiesta? No parece sencillo, o al menos ningún genio de la publicidad ha encontrado la respuesta hasta la fecha, obviamente yo tampoco.

El Spain is diferent sigue siendo rentable. Y si no que le pregunten a Almodóvar, famoso por retratar fielmente la realidad de la sociedad española actual porque ¿quién no tiene un padre transexual, una hermana monja embaraza y una madre prostituta politoxicómana? Es fácil hacer chistes con el cine de Almodóvar, un transgresor para muchos que no por ello deja de recurrir a los tópicos de la España de
charanga y pandereta de la que hablaba Machado. Y como muestra un botón.

La musa de Almodóvar, Penélope Cruz fue retratada hace algunos meses junto al torero Cayetano Rivera y al propio director entre otros, por la gran fotógrafa Annie Leibovitz. Las fotos nos muestran a una Penélope totalmente transformada en la Carmen de Merimée rodeada de flamenco y toros. Tópico sí, pero no ofrece una imagen muy distinta a la de la Raimunda que Cruz interpretaba en Volver. En la película que le valió a la actriz madrileña su primera nominación para los Oscars, Estrella Morente le prestaba la voz en una "españolísima"
versión del famoso tango de Gardel que da nombre al film.

Foto de Annie Leibovitz para Vogue // Cartel de la Película Volver de Almodóvar

















Otra de las fotografías de Leivobitz//Imagen de una escena de la película Volver


Y como olvidar el “mítico” discurso del manchego al recoger el Oscar al Mejor Guión Original por Hable con ella, en el que acordándose de medio santoral y haciendo enfásis en las grandes diferencias en entre la cultura española y la norteamerica.

Ante la imposibilidad de retratar la identidad de toda una comunidad se recurre a los tópicos, que constituyen la simplificación de toda una cultura inabarcable por su heterogeneidad. No existe una estética común para todo un país o un grupo amplio. Puede que los tópicos banalicen y simplifiquen la cultura, y desde luego no reflejan la realidad, pero son útiles a la hora de construir una estética en los productos culturales. Sirven como elemento de identificación de personajes y lugares, en parte forman parte del lenguaje que comparten el creador y el consumidor del producto. Desde el punto de vista funcional son una herramienta válida de contextualización y explicación en el lenguaje narrativo.

Sin embargo, debemos tener siempre muy presente que los tópicos, son sólo eso. Reflexionando sobre los tópicos sobre nosotros mismos tal vez logremos una actitud más analítica ante los tópicos y estereotipos de los demás. Basta con preocuparse un poco en documentarse para no acabar, como en
Misión Imposible II, quemando los pasos de Semana Santa a modo de fallas valencianas.

viernes, 20 de febrero de 2009

400 años de olvido

“Que todos los moriscos de este reino, así hombres como mujeres, con sus hijos, dentro de tres días de como fuere publicado este bando en los lugares donde cada uno vive y tiene su casa, salgan de él y vayan a embarcarse a la arte donde el comisario les ordenare". Con estas palabras, un edicto del rey Felipe III ordenaba la expulsión de los moriscos de España en 1609, hace ahora 400 años.

Los moriscos descendían de los musulmanes que habían poblado Al-Andalus y que habían sido bautizadas a comienzos del siglo XVI. Pese a que constituían una minoría. Su conversión al cristianismo había sido forzada por lo que dentro de esta comunidad había diferentes posturas religiosas. Lo que es cierto es que conservaban costumbres propias del Islam: ayunaban durante el Ramadán, no comían cerdo ni bebían vino, circuncidaban a los niños…Por lo que los moriscos eran un grupo diferenciado que en ocasiones sufría lo que ahora llamaríamos racismo por parte de los cristianos viejos.

La expulsión de los moriscos supuso el exilio de alrededor de 300.000 personas, el éxodo más numeroso de la historia de España hasta la Guerra Civil. La mayoría de ellos se refugiaron en países como Argelia, Túnez y Marruecos. Sin embargo, pese a las trascendentales consecuencias que este episodio supuso, no solo para los propios moriscos, sino también para la tierra que dejaron y la que les acogió, este es uno de los episodios menos conocidos de nuestra historia. Las numerosas celebraciones que se preparan con motivo del cuarto centenario de la expulsión de los moriscos, aportarán su granito de arena para reparar, aunque sea en parte, esta deuda con nuestro pasado.

Fueron varias las causas que llevaron a Felipe III a tomar tan desgraciada decisión, y desde luego ninguna que lo justifique. Por lo tanto, tal vez el mayor homenaje que se pueda hacer se resuma en el reconocimiento de las palabras de Ramón Petit, del Instituto de Estudios Mediterráneos: “Para España fue una pérdida mientras que para Túnez supuso un renacimiento de tradiciones y culturas que ha conferido una diferenciación hasta la actualidad”. Muchos expertos de los países de acogida coinciden con Petit, la llegada de los moriscos significó grandes beneficios culturales en el arte, la música, la arquitectura… Una riqueza que todavía es palpable hoy en día, basta con pasear por las calles de la ciudad de Testour (Túnez) y conversar con sus habitantes, Mientras nosotros hemos olvidado a aquellos moriscos, ellos siguen teniendo muy presente de donde vienen.

Mientras, España, el país que los había expulsado, sufrió graves consecuencias económicas que afectaron a todos los sectores. Las tierras que cultivaban los moriscos quedaron yermas durante años y muchas regiones quedaron abandonadas. Tal vez al rey y sus validos no les importase demasiado el drama humano que supuso que trescientas mil personas fueran obligadas a abandonar la que había sido su tierra desde hacía generaciones, pero seguramente constataron pronto su error cuando la economía se resintió.
Aquí encontraréis las opiniones de algunos expertos
Trailer de la película: ""Expulsados 1609: la tragedia de los moriscos" es una producción de Casa Árabe y Sagrera Audiovisual que cuenta con la participación de TV3-Televisió de Catalunya y el Canal Historia.
Recorrido por el Túnez morisco y la ciudad de Testour
Web IV CEntenario de la expulsión de los moriscos